


La importancia de la «Beta» en la valoración de empresas
En el modelo de valoración de activos financieros (CAPM), el coeficiente Beta de un activo cualquiera indica el riesgo que éste añade a la cartera de mercado. Dicho de otra forma, la Beta mide cuánto varía el rendimiento de un activo ante una variación determinada del rendimiento medio del mercado en que se negocia. Aquellos activos que tengan Betas inferiores a la unidad verán como el ascenso o descenso de su rendimiento es inferior al producido en el rendimiento medio del mercado. Lo contrario ocurrirá si la Beta es superior a la unidad. Como es lógico, la Beta media de todos los activos con riesgo negociados en un mercado es igual a la unidad. Cuanto más sensible es un negocio en relación a las condiciones del mercado, mayor es su Beta, por tanto los negocios cíclicos (sus ingresos y sus beneficios se mueven al unísono con los movimientos de la economía) suelen tener mayores betas que los que no lo son; en general, si la demanda es inelástica la Beta será más baja que si no lo es. Para estimar el valor de Beta se utilizan tres aproximaciones: La histórica, la fundamental y la contable: La Beta histórica: La Beta de un activo puede estimarse a través de la regresión lineal entre los rendimientos históricos del activo (Rpt) y los rendimientos del índice tomado como referencia del valor del mercado (Rmt) La Beta fundamental: Esta se calcula a través del tipo de negocio de la compañía, el grado de apalancamiento operativo de la empresa y el grado de apalancamiento financiero de la empresa. La...